El poder de la música en el comportamiento del cliente: Un enfoque neurocientífico

11 de diciembre de 2024

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Por
Agustina Orlando

El poder de la música en el comportamiento del cliente: Un enfoque neurocientífico

Como musicoterapeuta y entusiasta de la música de toda la vida, me atrevo a decir que el poder de la música es infinito y sorprendentemente mutable. Desde una perspectiva neurológica, está científicamente demostrado que escuchar música estimula una gran parte del cerebro humano activando sus circuitos, regiones y potenciando la conectividad. ¿Quién no se ha emocionado, reído o incluso llorado al escuchar una canción que le gusta?

Al igual que en muchos contextos cotidianos, lo que experimenta un cliente en un espacio comercial que ha seleccionado cuidadosamente su música puede tener un impacto significativo. Tanto la identidad de una marca como la experiencia deseada o el mensaje que quiere transmitir pueden representarse a través de una combinación de canciones, letras y ritmos.

Tras extensas e innovadoras investigaciones, la ciencia ha confirmado que la música tiene la capacidad de estimular y restaurar nuestras funciones ejecutivas. Esto es crucial cuando se considera el comportamiento deseado de un consumidor: atención, toma de decisiones, organización y planificación. Todas ellas son funciones que los consumidores ponen en marcha cuando se encuentran en un espacio comercial. De este modo, acciones como permanecer en una tienda, pararse a mirar algo o incluso recordar una marca pueden verse influidas por la música que se elija.

Me gustaría centrarme por un momento en el factor de la atención, entendiéndola como la capacidad de seleccionar y concentrarse en una tarea, así como de permanecer concentrado durante un periodo de tiempo definido. Del mismo modo, la atención estimula el pensamiento y la memoria, ambos componentes clave para la frecuencia de consumo y el top of mind de una marca. La música tiene la capacidad de estimular estos procesos de atención y, por tanto, puede llevar a un cliente a permanecer más tiempo en un espacio, convirtiéndose en una poderosa herramienta de atracción.

Por último, pero no por ello menos importante, debemos destacar el valor emocional de la música y el placer que puede generar. Desde el punto de vista científico, los estudios de neuroimagen han confirmado que la música puede modular la actividad de varias estructuras cerebrales esenciales para las respuestas emocionales. Está claro que, para crear un entorno agradable para los clientes, es esencial poner la canción adecuada en el momento adecuado.

Dicho esto, y como sugiere Brandtrack, cada pieza musical debe seleccionarse con cuidado y con un objetivo concreto en mente. No es lo mismo una marca que quiere que sus clientes se queden poco tiempo, estimulando la facturación, que otra que aspira a una experiencia de consumo más larga y relajada; todo depende de la estrategia empresarial que se aplique. Teniendo en cuenta el poder que la música tiene sobre nosotros, es evidente que su correcta ejecución puede ser una gran herramienta para potenciar negocios en todo el mundo.